Gonzalo Bernardos, economista y director del Máster Inmobiliario de la Universidad de Barcelona, aclara esta inminente situación: "La gente cree que el banco le pagará, pero no es así. Los préstamos hipotecarios tienen un diferencial sobre el Euribor, por lo que si el índice va al -0,1%, este porcentaje se restaría al diferencial". "Esto significa", añade, "que el hipotecado pagará un interés más bajo -siempre y cuando no tenga cláusula suelo-, pero tendrá que seguir pagando tanto el capital como los intereses".
Bernados puntualiza, eso sí, que podría haber casos extraordinarios cuyos intereses totales (Euribor + diferencial) salieran negativos y, sólo en teoría, favorables al prestatario a costa del banco. Estos casos serían los referidos, principalmente, a los empleados de las entidades financieras que en su día firmaron contratos con condiciones preferentes como diferenciales del -0,2% o -0,3%. "En teoría, deberían recibir intereses a pagar por la entidad, pero es algo más que improbable, ya que estos contratos hipotecarios en ningún momento, por lo general, contemplan que el prestatario tenga derecho a cobrar por el tipo negativo", explica el economista.
Ante esta disyuntiva y futurible horizonte, Bernardos aboga por que el Banco de España (BE) tome cartas en el asunto y aclare esta extravagante situación. "Debería haber resolución al respecto del organismo monetario. Es necesario e imprescindible que aclare qué pasa en esta coyuntura", señala. Y es que dependiendo del recorrido en números rojos que experimente el Euribor, los tipos de intereses negativos podrían extenderse al público hipotecado general al margen de empleados bancarios. Si el índice llegara al -0,2% haría, por ejemplo, que los prestatarios que sellaron los contratos con el diferencial más bajo del 0,18% en 2007 (con Bankinter) también tuvieran un interés negativo.
Desde Bankinter especifican que, llegado este momento, esta hipotética situación de interés negativo sólo afectaría a una minoría de sus clientes y nunca a la parte del préstamo que corresponde a la devolución del capital. Partiendo de esta base, fuentes de esta entidad recalcan que, "no obstante, con carácter general, parece contrario a la naturaleza de la operación de préstamo o crédito que una entidad bancaria se vea obligada a retribuir a un cliente por prestarle dinero". "Un préstamo", prosiguen, "en casos excepcionales, podría llegar a ser gratuito, pero nunca oneroso para el prestador, tal y como ya ha manifestado en alguna ocasión algún juzgado".
Fuentes del BE apuntan a este suplemento que el organismo no tiene un aposición formal sobre esta cuestión y esgrimen que todo depende de la interpretación del contrato hipotecario entre las partes porque el regulador no tiene competencia para entrar. "Si en el contrato no hay nada especificado, el BE no puede interpretar. Es una cuestión teórica", indican estas voces en la línea de lo expresado por Bankinter, recordando, al mismo tiempo, que la fórmula estándar, entendida por el Código Civil -normativa que define lo que es el préstamo-, establece que el pago de intereses sea por parte del prestatario.
En esta misma posición, pero de un modo más férreo aún, se sitúan fuentes consultadas por ELMUNDO.ES de una de las principales entidades financieras. "El hipotecario es un contrato de naturaleza onerosa. No cabe que el banco acabe pagando intereses al deudor. Es tesis legal de servicios jurídicos", comentan. Y sentencian: "Los aplicativos no generarán en ningún caso intereses negativos. Es cierto que si el Euribor es negativo se reduce el diferencial del cliente, pudiendo llegar en el caso más extremo hasta el 0%". "El mínimo (interés) será el 0%", recalcan.
En cualquier caso, desde el BE matizan que para que los intereses negativos lleguen al público en general el Euribor tendría que seguir bajando mucho. Por el momento, pocos se atreven a vaticinar cuál sería el suelo negativo del índice hipotecario. Eso sí, de ser muy profundo, todo apunta a que el asunto acabaría (a título personal, a través de asociaciones de consumidores o de plataformas de afectados) en los tribunales a imagen y semejanza de lo que ha ocurrido con las polémicas cláusulas suelo.
De modo general, e independientemente de cuál sea el desenlace de la polémica de los intereses negativos en las hipotecas, Bernardos califica esta situación de "horrorosa" para el sector bancario. "Con el Euribor en negativo, el margen de beneficio por intermediación (por cada euro prestado) es muy escaso para las entidades financieras", advierte. "Por ello", prosigue, "a los bancos no les queda más remedio que dar más crédito para ganar menos en más operaciones". Este economista descarta que la banca vaya a intentar mitigar el desplome del Euribor volviendo a subir los diferenciales por la feroz competencia existente por captar clientes y cree que seguirán apostando por dar más financiación nueva.
FUENTE: EL MUNDO
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